La
vida de Paolo es sinónimo de poder, audacia, fuerza... toda una crít ica mordaz
(y sin tapujos) al tedio. Viste siempre prendas que gritan fuerza y sexualidad.
Lo que realza mucho más su esbelto y fibrado cuerpo, que es toda una orgía de
belleza.Hace unos años que dejó su Calabria natal, en el sur de Italia, junto
al mar para trasladarse a Milano, quería ser diseñador de moda. Su madre era
costurera y, de niño jugaba en el taller de ella. Pasaba el tiempo embelesado
viendo las clientas cómo se probaban los diseños de su madre. Cuando se quedaba
solo, le encantaba vestirse con ellos, imaginando ser Naomi Campbell o Cindy Crawford...
La
oscuridad hace mucho que se ha instalado en el cielo de Milano. A pesar de no
haber luna ni estrellas. Paolo brilla como tal, en la terraza de su ático...
Luce una recortada y bien perfilada barba, con la misma feminidad de su larga
melena azabache. Enfundado en un magnífico vestido largo de noche de color
visón. Ajustado a su fibrado cuerpo, enzarzado todo él con miles de pequeños
cristales de Swarovski que sodomizan la noche con sus múltiples destellos.Paolo
saborea a la luz de las velas un burbujeante y frío champagne, con su novio
Giorgio. Un apuesto oficial de la marina italiana con las canas muy bien
puestas a lo Richard Gere. Hace tiempo que están juntos. Pero su pasión amorosa
no se ha perdido en los meandros de una prolongada estabilidad de relación de
pareja.
El
guapo diseñador está estirado en la chaise longue blanca de su terraza, con sus stilettos
de piel de serpiente que lleva puestos sobre la rodilla de Giorgio, que está
arrodillado ante él. Lamiendo el charol de 12 cm. de tacón del elegante
zapato... sin levantar la vista, desliza sumisamente su lengua por el pie de
Paolo... El olor dulzón de su piel le excita en sobremanera. Lo que hace que la
sangre de Giorgio circule aceleradamente por sus venas, al mismo ritmo que late
su corazón. Su entrepierna va endureciéndose por momentos, abultando cada vez
más.A la altura de las rodillas de Paolo, Giorgio estira con fuerza los dos
trozos de tela del corte que lleva el vestido por delante y, éste se rasga
hasta el prominente escote. Saltando por la oscuridad de la noche los cristales
de la tela del vestido... El varonil y escultural cuerpo rasurado de Paolo queda
completamente desnudo ante la mirada de lujurioso deseo de Giorgio.El marinero
tiene una gran erección. En ese instante de apasionado frenesí, nada desea más
de este mundo, que devorar el cuerpo de sedosa piel de su amante... Y empieza a
cosquillear los pies de éste. Paolo tiene una erección al momento, dejando al
descubierto un piercing de pequeños brillantes, en su rojizo capullo
caliente... Excitado, empieza a moverse provocativamente en la chaise longue. Paolo
mira con deseo y complicidad a su oficial... Es la mirada de un hombre en
celo... están embriagados de pasión...sus erectos penes rezuman líquido
seminal... Al unísono miran un gran tarro de cristal de Murano lleno de
mermelada de fresa. Hace tiempo que la práctica del splash forma parte de su vida sexual... Giorgio empieza a
embadurnar el sensual cuerpo desnudo de Paolo, para luego lamer glotonamente
milímetro a milímetro, todos los recovecos de ese cuerpo tremendamente
excitado.
Paolo
y Giorgio, queman la noche oscura sin piedad. Disfrutan de sus
cuerpos...mezclan sus fluidos... No necesitan ser maestros del tantra para
entrar en el cosmos de los placeres carnales... Para ellos, como decía el
Marqués de Sade; " Todo está permitido en el sexo"...
La
noche es larga... el deseo intenso...
Jaume
Serra i Viaplana.
Fotografía:
Andrés Mauri. www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo:
Jaume Serra Viaplana.