viernes, 29 de junio de 2012

Polla Española


Unos cansados jadeos de placer dan la única pincelada de color en la aséptica habitación blanca, con baratos muebles de madera de color beige... entre sábanas de tergal, Mario chupa con lujuria la flácida polla de Don Alvaro. El hombre por el que su corazón suspira desde hace años. Él ha sido la luz de aquel rayito de sol que ha inundado su vida de felicidad. Por eso lo lleva dentro de su alma desde el primer día que lo conoció. En aquel tiempo, Mario era la vedette  del desaparecido mítico club de transformismo del Raval barcelonés, el - Barcelona de Noche -. Cuando conoció a Don Alvaro - de eso hacía ya tanto tiempo, que a veces parecía que eran  sólo vagos recuerdos -. Su nombre se alzó en una marquesina del teatro del viejo barrio de la ciudad Condal, envuelto entre música y pedrería. 

Una de ésas noches, el buen Dios le puso en su empedrado camino, el amor. Don Alvaro, como un galán de las viejas películas, entró en el club con sus chicos uniformados, con la reglamentaria porra en mano. Después de pedir amablemente la documentación a todos los transformistas que actuaban, a grito de: - Venga degenerados, todos con el carnet de identidad en la boca - ... Don Alvaro se planto ante Carla la morritos, que enfundada en un vestido a lo Concha Piquer, gritaba como un histérica: -! Salvajes !... ! No me toquéis, salvajes ! - Posiblemente induido por un mandato divino, don Alvaro le dio una santa hostia  en su maquillada cara, que la tiró al suelo de golpe. Pero cupido tan cachondo como siempre, hizo que en unas horas, el macho ibérico del comisario Don Alvaro, amparado por la perversa oscuridad de la noche, estuviese ya en casa de Carla la morritos, besando sus operados labios de besos frescos... La polla del comisario reventó la cremallera de los pantalones de su viejo traje de poli duro. Excitado por la dulzura y deseo de los carnoso labios carmesí de ésa mujer que escondía entre sus largas y bonitas piernas un rabo tan grande y duro como su porra... Tal vez por eso, se trenzaron lazos de pasión en una noche mágica en la que ya nunca se rompió el amor...

El conocer a Don Alvaro, fue para Carla, como abrir la ventana y inundarse toda su vida de sol. Don Alvaro compartía con ella todas las horas que podía diciéndole a su mujer que tenía guardia. Llenaban su tiempo con un frenesí sexual inimaginable para el resto de la comunidad folladora... Don Alvaro, le regaló a Carla "La Morritos", un vestido de faralay hecho con la bandera española y se lo hizo poner durante todos ésos años, para follársela al ritmo de  - Y viva España - cantada por Manolo Escobar, que escupía sin cesar un disco de vinilo, que fue rallándose con el tiempo... sin duda, eso hizo que siempre se les notase en la mirada que vivían enamorados...

Ahora, después de cuarenta años, haciendo un gran esfuerzo para que la prominente barriga no rompa el deshilachado vestido de la bandera española, Carla la morritos, convertida otra vez en Mario tras su jubilación, sigue chupando la polla de su Don Alvaro sintiendo ahora mucho más placer que antes. Ya que desde que se quedó la dentadura postiza enganchada en la polla de su amado, la deja en la mesita de noche para hacerle la mamada y así nota la calidez del flácido rabo del viejo comisario, directamente en sus encías sin dientes. Al acabar, se despiden haciendo adiós con sus manos temblorosas por el parquison... Don Alvaro sale y entra en la habitación contigua, en donde su mujer hace que duerme plácidamente, como todas las noches de los últimos cuarenta años saboreando con los ojos cerrados el recuerdo de su cuñado, el hermano de Don Alvaro, que se la folló salvajemente durante años entre panfletos de propaganda del partido comunista.

Los acordes de un antiguo pasodoble saliendo de un viejo disco rallado, rompe el silencio en el asilo - Nueva Vida - llenando los vacíos de soledad, de antiguos recuerdos... - Y Viva España... la gente canta con fervor.. -

Por encima de todo, han disfrutado de lo más importante... LA PASIÓN.

Jaume Serra i Viaplana

Fotografía: Andres Mauri.  www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra Viaplana.  jacobbarcelona@gmail.com

viernes, 1 de junio de 2012

Corrida Pecaminosa


Lentamente, el padre Frabizio va desabrochando su impoluta sotana negra. Liberando un botón tras otro del ojal en los que están prisioneros, hasta quedar completamente desabrochada... con mirada de suma satisfacción, se contempla en el gran espejo vertical que cuelga de la pared de la habitación, en su lujoso apartamento del centro de la capital romana. En el reluciente cristal se plasma un hombre alto, de mediana edad, con el pelo canoso perfectamente esculpido a navaja y una impecable barba recortada plateada.

Los ojos color miel del padre Fabrizio, miran lascivamente su  propia silueta que le vomita el espejo. Y como si se desprendiera de su piel, deja caer de golpe la sotana de lujosa tela oscura al suelo... Su corazón empieza a bombear a gran velocidad la caliente sangre carmesí que transita por sus venas provocando que las gotas de sudor empiecen a aflorar por los poros de su piel canela... Cada día le excita más ése cuerpo que se refleja en el espejo... Ésas medias negras de cristal ajustadas a las largas piernas depiladas, le producen una inmediata erección en su voluptuosa polla, que empieza a abultar tanto, que el rosado capullo de su bonito pene, sobresale de pronto con altanería, de las pequeñas braguitas rojas, en las que descansaba plácidamente bajo la sotana negra, con la que el padre Fabrizio va siempre impecablemente vestido. Tal vez, porque el color negro, aparte de asociarse al silencio y al infinito, suele ir ligado a la fuerza pasiva femenina y misteriosa.

Durante un tiempo, el padre Fabrizio se admira con mirada morbosa, en el frío cristal plateado, que lo atrae hacia él como un imán, para besar los carnosos labios que hay al otro lado del espejo. Lo que le produce en su cuerpo, una sensación de un extraño placer indescriptible... Y apoyando sus manos en la pared, empieza a refregar su exuberante paquete contra el espejo, contorneando su cuerpo con suma sensualidad, como si se tratase de una danza erótica. Al tiempo que su erecto y duro pene, va pringando el espejo de líquido seminal. Musitando con voz cálida, entre jadeos: - Vamos padre Fabrizio... ! Fólleme ! ... métame todo su rabo en mi caliente coño... por favor... estoy muy cachonda... soy su putita... ! Fólleme !...

El padre fabrizio está tan tremendamente excitado, que parece fuera de sí. Su deseo de ser follado por él mismo, hace que cierre los ojos y meta su mano de largos dedos, es sus pequeñas braguitas rojas, para coger su gran pollón lubricado y empieza a masturbarse cada vez con más frenesí.
Toc... toc... toc... tres golpes resuenan de pronto en la puerta de madera noble de su aposento, seguido de una angelical voz femenina, que dice: - Monseñor, ha llegado el seminarista que viene cada tarde ¿Puede pasar, Monseñor?... - El padre Fabrizio se muerde los labios para ahogar los jadeos que exhala nerviosamente para que no le delate su actividad sexual. Y aún de rodillas, lamiendo las últimas gotas de su propio semen que va deslizándose por el espejo. Responde quedamente con voz entrecortada: - Sí, por favor sor María del niño Jesús, que pase... que pase...

Jaume Serra i Viaplana

Fotografía : Andres Mauri www.darkphotomagazine.blogspot.com
Modelo     : Jaume Serra Viaplana  jacobbarcelona@gmail.com 

Semen de Ébano y Bourbon

El jazz en Nueva Orleans es como una religión, es un estado de la persona. Un calor húmedo invade la calle Bourbon, en la que más t...

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