sábado, 29 de junio de 2013

Polvo a la luz de la luna


Una gota de agua se desprende alegremente del trozo de hielo que Sebastian tiene prisionero entre sus largos dedos de pianista y se desliza majestuosamente por el torso de tersa piel morena carente de vello, suave cómo las mejores sedas orientales del perfilado y musculoso joven cuerpo caribeño de Dorian.

Con los párpados entrecerrados, Dorian, desnudo sobre las grisáceas rocas del acantilado, sucumbe sumisamente a los placeres que le produce la dictadura de las caricias de los dedos de Sebastian, su apasionado novio catalán. Sus gemidos espasmóticos producidos al deslizarse el cubito de hielo por su pecho, se unen al rugido del embravecido mediterráneo, que golpea las rocas con regia altanería, formando una sensual melodía... Un resplandor lunar ilumina los dos cuerpos desnudos, entrelazados sobre las grandes rocas, moviéndose rítmicamente como bailarines en una danza erótica. La excitación por la fricción de sus cuerpos sin ropa, llena sus pieles de decenas de gotas de sudor, que destellan a la luz de la luna, como diamantes esparcidos sobre sus atléticos cuerpos.

Unos cuerpos que hierven de pasión, profiriendo al aire constantes gemidos de lujuria, que levitan en la oscuridad de la noche como notas musicales de un bolero. Una noche mágica, en la que Sebastian, mirando con sus ojos azules como aguamarinas a los chispeantes ojos miel de Dorian, le ha pedido que se case con él, regalándole un precioso anillo de platino y brillantes dentro de una larga copa de cristal llena de burbujeante cava de la que han bebido los dos, bajo un cielo cuajado de estrellas en un improvisado picnic a la luz de la luna. Con el que Sebastian ha sorprendido a Dorian ésta noche de verano.

Como un borbotón de seda y pedrería, la lengua de Sebastian se desliza por el cuerpo de Dorian, que está en plena efervescencia sexual. Siguiendo el reguero húmedo que ha dejado el trozo de hielo en ésa piel canela, que a los gruesos y bonitos labios de Sebastian, le saben a frutas silvestres... Dorian arquea su cuerpo de placer, la barba recortada de Sebastian le produce un agradable cosquilleo en el estómago al roce con su piel, ya muy sensibilizada. Sebastian se introduce en su boca poco a poco el rojizo prepucio lubricado de Dorian saboreándolo lividinosamente, que entre gemidos, mira amorosamente a Sebastian y entiende por primera vez, el verdadero significado de la palabra sacramental AMOR. Sebastian hace tiempo que le había encendido luces en su alma.

El rumor de las olas del mediterráneo acuna Sitges que duerme en silencio la noche de las almas. En el aire siguen gravitando los gemidos de los dos enamorados que se diluyen el uno contra el otro, a la luz de los parpadeantes luceros, cómo notarios de su felicidad. En los ojos de la pareja aún hay la humedad de las lágrimas que se han deslizado por sus emocionados rostros, cuando Dorian le ha dado el "SI".

Jaume Serra i Viaplana

Fotografía : Andrés Mauri
Modelo: Jaume Serra i Viaplana

jueves, 6 de junio de 2013

Amo castigador busca sumiso


Brendan era de carácter apasionado y promiscuo, tenía el alma encadenada por los deseos pecaminosos y sentía una pasión desaforada por el sexo múltiple. Pero ante todo, le encantaba ser jodido a escondidas por personas que se corrían dentro de su insaciable culito, mientras era espiado por anónimas miradas lascivas, aunque una de sus fantasías más animadas y recurrentes, era hacer felaciones a cientos de hombres en un mismo día. La vida para él era un complejo juego sexual en el que se zambulló de lleno, buscando sexo furtivo en urinarios, parques... A los que acudía asiduamente para fornicar con cualquier tío que tuviese algo duro y lubricado entre piernas.

Y allí estaba él, apostado como un francotirador sexual esperando su presa. Controlando a los hombres que entraban a orinar en los lavabos públicos de la estación de ferrocarril de Sants. Su mirada de cazador se posó en la abultada bragueta del pantalón militar de Gerard, recreándose en ella unos segundos... Cuando por fín sus miradas se cruzaron en el espacio, Brendan se percató de la belleza hipnótica del joven, que obnubilaba a cuantos estaban a su alrededor. La mirada felina de los ojos almendrados de Gerard, se mantuvo clavada en los ojos negros de Brendan, con altanería desafiante. Mientras se acariciaba con lujuria su voluptuoso paquete, se mordía su carnoso labio inferior que era todo un premio a su beldad. Al poco, salió de los urinarios con paso firme, haciendo retumbar el talón de sus botas militares en el suelo de la estación. Seguido a poca distancia por un nervioso e indeciso Brendan, completamente embelesado por ese joven altivo de cabeza rapada y estética militar que parecía haberse dado una ducha de mala leche.

Al llegar a casa de Gerard, se dirigieron sin preámbulos a su habitación y se desnudaron en silencio, quedándose sólo en slips. Gerard se acercó a Brendan y las fosas nasales de éste, se llenaron de un olor poderoso y embriagador a hombre, produciendo en Brendan una erección instantánea. Gerard, con férreo aplomo, miró a Brendan y con chulería lo arrojó de imprevisto sobre la cama, atándolo a ella con cuerdas viejas. Brendan se asustó, pero a la vez le excitaba mucho ser sumiso a los caprichos de ése semental tan primario... Después de someterlo, le exigió que estuviese sexualmente disponible para él, siempre que él quisiese.

Brendan estaba aterrorizado, a pesar de ello una media sonrisa iluminó su cara. Ésa situación nueva para él, le producía mucha excitación. Sentía un placer indescriptible a ése sometimiento al macho dominante...a ése amo despiadado que le estaba azotando con una fusta, a la vez que le profería vejaciones de todo tipo. Al rato, Gerard se puso encima de Brendan y sus abultados paquetes empezaron a refregarse uno con el otro... sus rabos estaban a reventar lubricándose generosamente... Gerard empezó a lamer y morder con frenesí el cuello de Brendan, los pezones... hasta llegar a su pequeño slip rojo, que lo rompió bruscamente con la boca. Llevando a Brendan casi al orgasmo. Gerard, embriagado por la excitación, abrió de piernas a Brendan y le introdujo de una envestida, toda su endurecida polla en el ano, haciendo éste un mohín de dolor al ser envestido sin miramientos.

Gerard cabalgó el culo de Brendan como un jinete medieval. Después del dolor inicial de la penetración, empezó a sentir como un fuego que abrasaba sus entrañas, haciéndolo gemir de placer. Un gozo salvaje recorrió su cuerpo. Hasta que de pronto, en un gemido orgásmico, la caliente y endurecida verga de Brendan explotó llenando de semen su muslo... Gerard, al ver como ése líquido viscoso que había salido del circuncidado rojizo capullo de Brendan, chorreaba por la musculosa pierna de éste. Entró en un estado tal de excitación, que empezó a envestir salvajemente el culo que estaba sodomizando sin piedad... Embebido en follarlo, notó de pronto que su cuerpo se tensaba y su polla se endurecía aún más. Al cabo, empezó a inundar de caliente semen las entrañas de Brendan, que seguía atado a la cama...

La puerta del piso se cerró de golpe, después quedó todo en silencio...

Jaume Serra i Viaplana.

Fotografia: Andrés Mauri.
www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana.

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