Nuestros cafés humeaban dentro de sus tazas de cerámica blanca mientras en el bar charlabamos animadamente sobre nuestros trabajos, familias, parejas... Pero curiosamente, desde hacía unos años, entre nosotros siempre había una conversación paralela, la que mantenían quedamente nuestras miradas, que se buscaban amorosamente, para tener su propia conversación de amor ajenos a las palabras que emitían nuestras cuerdas vocales. Sin saber porqué, tal vez por el día nublado que producía en nosotros una sensación de infinita melancolía o tal vez porque veíamos pasear por la calle a parejas gays acarameladas... Sin palabras, para sorpresa de nosotros mismos, movidos por alguna fuerza cósmica o simplemente por la fuerza de los sentimientos, nos levantamos de nuestras sillas y nuestras manos se entrelazaron como por arte de magia.
El roce de nuestras pieles en contacto me produjo una sensación que se transformó en un escalofrío que recorrió mi estómago produciendome una inesperada erección, sorprendiendo a mis ajustados slips blancos... Nuestros ojos seguían hablando de amor, aunque nuestros labios sólo se atrevían a esbozar una nerviosa sonrisa. A la vez que nuestros cuerpos como autómatas dirigidos por nuestros deseos, se pusieron a andar hacia mi piso envueltos en un sepulcral silencio roto sólo por el ruido del tráfico.
Subimos las escaleras poco a poco. Tras cada peldaño nuestros corazones se aceleraban más, retumbando en nuestras sienes el latir de ellos... ¡Cómo había deseado éste momento!... El ansia por poseernos iba aumentando nuestro deseo sexual de tal manera que nuestras axilas empezaron a sudar de nerviosismo. Cuando llegamos al rellano la llave se resistía a entrar dentro de la cerradura de la puerta, por culpa de mi mano temblorosa de emoción... Hasta que con una sonrisa que le salió del alma, su mano se puso encima de la mía y la llave se introdujo al momento dando dos vueltas dentro del bombin... La puerta se abrió ante nosotros... Sabíamos que sería nuestro universo de placer... Estábamos en él cogidos de la mano y con el corazón latiendo aceleradamente... En estos momentos ya sólo teníamos ganas de hacernos el amor.
Nuestras ansias de sexo nos impidió llegar a la cama y el sofá del comedor se convirtió en el lecho en el que dimos rienda suelta a nuestra lujuria sexual... Nuestras bocas se fundieron en apasionados besos, saboreando nuestras húmedas lenguas... En esa glotonería sexual, nuestros penes se endurecieron tremendamente y empezaron a lubricarse generosamente... Nuestras bocas buscaban con frenesí esas pollas endurecidas y arqueando nuestros cuerpos como si fueramos bailarines, empezamos a mamarnos uno al otro nuestras pollas calientes... El placer nos inundaba... La excitación era ya extrema... Las sensaciones conquistaban nuestros sentidos...
Por fin llegó el momento más deseado. Su polla salió de mi húmeda boca y dándome bruscamente la vuelta, hundió todo su miembro viril en mi culo glotón empezando a cabalgar encima de él, sin dar tregua a sus envestidas... Hasta que entre jadeos y espasmos de placer, derramó dentro de mí todo su lechoso y caliente semen... Al rato, susurrándome al oído, me suplicó que lo follase sin piedad. Metiéndole mi duro rabo hasta los huevos... Me puse encima de él...
Fotografía: Andrés Mauri. www.darkphotomagazine.blogspot.com
Modelos: Jaume Serra Viaplana , Andrés Mauri.
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