El Conde Capullin vivía en una mansión de dos plantas de estilo neoclasico, rodeado de un fantástico jardín donde reinaban varios sauces y algunos abetos, en otra zona apartada había otro jardín lleno de altos setos en forma de grandes falos. Cuando llegaba el buen tiempo y el jardín olía a primavera, luciendo el sol sobre el cielo azul que cubre París. El Conde Capullin y su amante el Marqués Lameculo, disfrutaban de un modo muy especial de su "jardín de los culos".
Capullin era alto, fuerte con el cabello rubio oscuro y ojos casi verdes con unas manos fuertes y callosas de tanto masturbarse. Era un seductor y un "bon vivant". Su debilidad era tomar el postre directamente del trasero de hombres jóvenes y guapos, pero sin verlos ni que le vieran. Con voz lasciva pero de tono pastoso, había bebido y olía mucho a alcohol. Mandó que los criados más jóvenes se quitaran los calzones y pusieran sus culos desnudos en sendos agujeros redondos, que había en una larga valla de madera en el centro del jardín de los setos de falo.
El Marqués Lameculo era el probador de culos. Rubio, alto, galante y refinado. Se puso al lado del Conde Capullin y juntos empezaron a pasar revista a los culos que en formación salían por los agujeros de la valla de madera... Los ojos del Marqués tenían destellos de infinita lujuria...
Sin mucha convicción acarició el primer culo. Arrugó la nariz y, con una mueca de desagrado le dijo al conde que era demasiado "fofo"... El segundo lo acarició un poco más, le dio unas palmaditas y la piel blanquecina se volvió rosada. No convencido del todo, metió el dedo en el culo. Al instante, se oyó un grito - ¡hijo de puta! - luego lo sacó, se lamió bien el dedo y, decidió que al Conde tampoco le gustaría... El tercero era un culo rosado de un joven sirviente de figura frágil, casi etérea. Al Marqués le empezaron a brillar los ojos de una forma especial. Inflamado de deseo, incó las rodillas en el suelo y se emocionó cómo si estuviese ante una aparición divina, al tener ése culito ante sus ojos.... El Conde miró a su amante, el Marqués, dedicándole una lasciva mirada de complicidad.
El Marqués se derretía al mirarlo. Con sus refinadas manos separó tanto como pudo las nalgas del joven sirviente. Ante él quedó al descubierto un bonito orificio anal. Sacó su húmeda lengua y empezó a lamer aquel agujero rosado, intentando meter la lengua lo más adentro posible... Excitado, empezó a besar aquel orificio tan exquisito y sabroso.... Cuando el Marqués besaba un culo, lo hacía con pasión, con mucha pasión. Todos sus sentidos se revolucionaban, el gusto, el olfato, el tacto... cada uno de ellos le producía una reacción química y emocional. Al combinarse las reacciones le llevaban a un estado mental y sexual indescriptible... El Marqués seguía apretando con fuerza las nalgas del siervo y, después del beso apasionado en el ano, se lo mordió hasta hacerlo sangrar.
El Marqués Lameculo llamó a uno de sus criados que llevaba una bandeja de plata rebosante de crema catalana, hecha por un afamado repostero barcelonés. Y con sus hábiles manos empezó a untar el enrojecido e irritado orificio anal del joven sirviente... Los ojos del Conde Capullin se llenaron de destellos de deseo... - éste sí Conde - ...Y el Conde se arrodilló y, empezó a comer con voracidad y glotonería la suculenta crema catalana... Excitado por los jadeos del joven siervo. El Marqués notó cómo su miembro viril se inflamaba y lubricaba viendo a su amante comer en el culo del criado y empezó a masturbarse con frenesí...
El Conde Capullin había empalmado al recordar esas tardes con su amado en el jardín de los culos. Incluso en éste momento tan delicado en que la hoja de la guillotina baja inexorablemente. A los pocos segundos su cabeza rueda por el suelo hasta chocar con la del Marqués, haciendo una carambola con ésta que cae en la cesta de mimbre... Su joven siervo nota una gran erección dentro de sus calzones, al contemplar aquel espectáculo de borrachera sangrienta. Saca su polla y empieza a pajearse ante las dos cabezas... La revolución francesa ha comenzado.
Jaume Serra i Viaplana
Fotografía : Andrés Mauri. www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo : Jaume Serra Viaplana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario