Hacía rato que el cielo había dejado su gris violáceo , el
aire había amainado y las gotas de lluvia que rebotaban en el asfalto de las
calles del madrileño barrio de Chueca, cómo perlas saltarinas, dejaron de caer.
La oscuridad y el silencio invadían el barrio gay de Madrid. Darío está apoyado
en la pared de una vieja casa de Fuencarral. Juega con un cigarrillo que deja
consumir entre sus largos dedos mientras espera. Éste joven, tiene un sex appeal
muy especial y lo sabe. Por eso ha decidido explotar ese magnetismo que
desprende y dedicarse a la prostitución. No en vano tiene un atractivo muy
varonil. Con un buen mentón, pómulos marcados, nariz armoniosa y recta, labios
carnosos y ojos bonitos de mirada erotizante.
Nacho hace rato que pasea por las calles de Chueca buscando
compañía masculina para esta noche. Suele hacerlo cada vez que lleva a su mujer
y a sus cuatro hijos a la sierra, a pasar unos días escuchando el canto de los
gallos y disfrutando del olor a pasto fresco en su segunda residencia de
Galapagar. El cuerpo musculado de Darío con su barba de cuatro días, han conseguido despertar en Nacho una fuerte
atracción. Con una sonrisa provocativa
en los labios, se acerca a Darío, que se frota lujuriosamente su abultado
paquete, a la vez que le guiña el ojo con picardía: - ¿ Cuánto? -… - Cien -… - OK, Ven -. Los dos se dirigen en silencio
hacia el piso que Nacho tiene alquilado en Chueca. Por supuesto, nunca lleva a
los chaperos que paga al piso familiar de Serrano. Sino a éste loft completamente
equipado de aparatos y complementos sadomasoquistas. Los dos se desnudan sin apenas
hablar: ¿Qué quieres que haga?… Ya ves de qué va esto, le dice Nacho a Darío,
con la mirada con la mirada puesta en los aparatos Sado dispersos por el piso….
- ¡Dame caña! - .
Sin mediar palabra, Darío da un puñetazo en la cara a Nacho,
que cae al suelo al momento… - Por favor, que no me queden marcas en la cara -
… - ¡Ponte de rodillas, hijo de puta! y
no hables si yo no te pregunto nada… - . Darío lleva puesto un arnés de cuero
negro, ajustado a su musculado pecho velludo. Sus bellas facciones se han
vuelto duras y toscas… - Eres menos que un gusano… eres mi puto esclavo… - ¡Ponte
de rodillas y lámeme los pies, Cerdo! - . Darío se ha puesto cachondo, tiene muchas
ganas de reventar el culo de su esclavo. Pero antes, para que le quede claro
que es un puto esclavo sumiso, esgrime su gruesa polla con la mano y ordena a
Nacho que está arrodillado ante él, que abra la boca. Con autoridad, empieza a
mearse en su cara… - Bebe mi orina, cabrón - … Al notar en su cara el
amarillento líquido caliente de la orina de su amo. Nacho se excita en
sobremanera, luciendo una gran erección. A la vez que cómo un sediento, intenta
beber toda la orina, lamiendo incluso la que cae al suelo… - Así… bébetela
toda… buen chico, cabrón… - .
Darío está caliente cómo semental en celo. Su polla se ha
lubricado generosamente… con brusquedad, coge a Nacho por el cuello, lo levanta
y, de un empujón lo pone contra la pared… - ¡Voy a destrozarte el culo con mi
rabo, hasta que te salga sangre! … - Sí Amo, fóllame …poséeme a tu placer… ¡
Disfruta con mi cuerpo, Amo! -… - ¡ Calla, cabrón! - … - ¡AAHHH! - ... La dura y caliente polla de Darío entra
bruscamente en el ano de Nacho, el cual da un respingo de dolor… Darío, sin
importarle, empieza a envestirlo a su antojo sin piedad.
La noche promete ser larga e intensa. A su alrededor hay una mesa de madera con un agujero, una jaula, muchas cadenas y varios látigos de cuero negro…
“ Todo está permitido en el sexo “ ( Marqués de Sade ).
Texto: Jaume Serra i Viaplana.
Fotografía : Andrés Mauri. www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume
Serra.
Gosto de tu foto y lo texto eres muy erotico.Gracias
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