miércoles, 25 de diciembre de 2013

La polla de Papá Noel


Este año los niños de Nueva York tienen una Blanca Navidad. Poco antes de Nochebuena había caído una fuerte nevada y, según los hombres del tiempo se prevé que aguante varios días antes de derretirse. A pesar de sus gruesas manazas y de lo patoso que siempre ha sido, Robert había hecho para James y Jane, sus pequeños vástagos, algo parecido a un muñeco de nieve, al que le puso su viejo sombrero de copa y una bufanda de rayas azul y grana del Barça, tejida por su mujer Melaine.

Jo... Jo... Jo... ¡ Feliz Navidad, chicos !... La voz de aguardiente de Robert resuena en el vestíbulo, mientras va avanzando con los brazos abiertos, haciendo drincar una vieja campanilla. Hasta llegar a la gran sala repleta de gente... " tilin.. tilin..." ¡ Feliz Navidad, capullos !... mirad que os trae Papá Noel... Robert se ha ido quitando el disfraz de Papá Noel y la ropa interior, hasta quedarse completamente desnudo... ¡ Mirad que tronco de Navidad os traigo de postre !... La gruesa y larga polla de Robert está majestuosamente erecta y dura, marcándose en ella todas sus venitas, coronada por un caliente y rojizo prepucio, que mira provocadoramente a los "osos" y efebos desnudos que llenan la pista del Ursidae. La campanilla que  lleva colgada con un lacito rojo en la polla, suena cada vez que ésta se mueve de lo excitada que está... " tilin... tilín..."

El Ursidae es un club privado de osos de Chelsea en Manhattan. famoso por sus orgías temáticas. En las que Robert participa siempre que puede escaparse del regazo de su amorosa esposa. Hoy es imprescindible llevar un gorro de Papá Noel, o cuernos de reno de brillante purpurina dorada. En medio del guirigay de la animada y multitudinaria fiesta navideña. Unos jóvenes con cuerpos de elfo y cuernos de reno en la cabeza. Se quedan embobados ante ése viril Papá Noel fortachón y velludo. Al que le cuelga un muy apetecible pollón con el capullo lleno de líquido seminal. Atraídos por la fuerza irrefrenable del más lujurioso deseo de comerse ése rabo. Se abalanzan sobre Robert, peleándose entre ellos por ver quien consigue meterse en la boca tal golosina. Un joven imberbe de rosada piel y cabellos dorados como el oro, se traga glotonamente la polla de Robert, engullendola afamadamente hasta llegar a la garganta. Empezando a succionarla con frenesí, sediento de su caliente semen ante la mirada de odio y envidia de los otros jóvenes, que inmediatamente empiezan a comerle el culo a Papá Noel, como si fuese un caramelo de Navidad. A la par que otros le mordisquean los gruesos y oscuros pezones que sobresalen con viril chulería de ése pecho cubierto de rizado pelo azabache.

Robert está cachondo, pero no excesivamente excitado, a pesar que le están comiendo viciosamente la polla. Hasta que se da cuenta que es observado por un hombretón alto y fuerte, de cuerpo velludo como él. Que se está haciendo una paja mirándolo. Se excita de inmediato. Y da un manotazo a los chicos que le están comiendo el culo y la polla. Para luego mearse encima de ellos y descargar toda la cerveza que había bebido, sacudiendo bien la polla ante la mirada de lujuria de los efevos que se lamen la caliente y amarilla orina, que queda encima de sus cuerpos rasurados. Robert se funde en un apasionado beso con Jhon, que  ha dejado de pajearse. Es un abrazo de titanes. Los dos sementales, tremendamente excitados, empiezan a devorarse el uno al otro, ante un gran muñeco de Navidad con un consolador negro...

Melaine mira por el cristal de la ventana de su confortable salón, preocupada por su marido, que se mata a trabajar por ellos... Los niños cada vez están más impacientes porque dentro de poco llegará Papá Noel... Luces de colores brillan en muchas de las casas en donde los niños cantan villancicos con sus padres.

Jaume Serra i Viaplana.

Fotografía : Andrés Mauri. www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo     : Jaume Serra i Viaplana

domingo, 1 de diciembre de 2013

Culos húmedos


Centellantes columnas de perlas sostienen la mansión de Kimi. Es un edificio increíble de enormes dimensiones, con varios espacios abiertos y porticados que reverberan de un color rosado claro. En el inmenso jardín de la casa, los pájaros retozan y gorjean. Verdes lozanos, amarillos y violáceos se mezclan en el aire volando de árbol en árbol. Un arroyo que desciende desde una montaña cercana, desemboca en el lago del jardín de Kimi a través de una cascada debajo de la cual, Kimi y Dominic sienten la caída del agua fresca y pristina sobre sus viriles cuerpos desnudos.

De ése Edén particular, les llega el olor y la frescura estimulante de las rosas y jazmines que lo pueblan... Excitados por el roce de sus pieles mojadas contemplan el lago y es cómo si mirasen al fondo de un espejo mágico. En el que se reflejan sus cuerpos  inmersos en sus pasiones lúbricas. Son dos siluetas jóvenes y esbeltas, contaminadas de sensualidad en cada uno de sus poros. Rodeados por nenúfares que yacen somnolientos, flotando sobre las azuladas aguas del lago centelleando con sutiles tonos de blancos y amarillos el medio acuático.

Dominic es un joven fibrado, de piel suave  completamente negra y brillante. De porte majestuoso como si llevase un rey dentro, sus ojos verdes esmeralda, tienen embobado a Kimi que vive prisionero de ésos ojos brujos en la lujuriosa celda del placer perpetuo a que le somete Dominic con sus ardientes artes amatorias... Kimi es un poco mayor que Dominic de cuerpo muy musculado con un lacio pelo azabache y una suave y rosada piel que le hace transpirar una estimulante virilidad.

El amor les circula por todo el cuerpo. Cuando sus miradas se cruzan, sienten ese gozoso placer del deseo. Hacia tiempo que se habían brindado el corazón, amándose de forma prohibida... Sus penes empiezan a endurecerse, llegando a unas espectaculares erecciones. Los prepucios lubricados rezuman de líquido seminal. Sus cuerpos tiemblan de excitación, a la vez que se funden en un largo y apasionado beso... la saliva desborda la comisura de sus labios para unirse al agua que cae de la cascada.

El largo y grueso pene de satén de Dominic permanece con una erección casi dolorosa. Kimi, maravillado y eufórico ante la visión de ése gran rabo oscuro. Se pone sumisamente de rodillas y empieza a engullirlo lentamente, rindiéndole pleitesia ... saboreándolo cómo si fuera el mejor de los manjares... Dominic se retuerce de placer por las lamidas de la húmeda lengua de Kimi, que va recorriendo todo su largo y caliente falo renegrido, milímetro a milímetro. El agua de la cascada cae sobre ellos dos... la cálida boca de Kimi va succionando apasionadamente la bruna polla de Dominic.

De pronto, Dominic aparta la boca de Kimi, que hace rato que le está comiendo con viciosa glotonería su gran rabo moreno. Y al momento, en medio de jadeos. Explota de placer... su semen empieza a salir a chorro, regando los nenúfares espermatofitos que están enredados entre sus piernas. Los nenúfares, excitados por la viscosidad del caliente líquido seminal florecen de nuevo, brotando de entre sus pétalos unos provocativos estambres rosados lubricados, con un sensual aroma a polen... Lentamente se enredan entres las musculosas piernas de Kimi y Dominic y se deslizan sinuosamente hasta llegar a sus orificios anales, introduciendo suavemente sus vainas viscosas para poseerlos y polinizarlos hasta el éxtasis...

Al cabo de un tiempo extraño, Kimi despierta del letargo en el que habían quedado sumidos. A su lado, Dominic aún duerme al borde del lago. Los ojos color miel de Kimi, se posan en la fibrada espalda achocolatada de su amado, dominado por la pasión que siente por él. Inicia su sensual recorrido de besos lascivos sobre su raso negro que embellece su escultural cuerpo hasta finalizar en sus apretados glúteos. Golosamente come los sabrosos pétalos de rosa que han florecido en él.

Jaume Serra i Viaplana.

Fotografía : Andrés Mauri. www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo     : Jaume Serra i Viaplana.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Polvo de éter


La masía Verdaguer era una antigua casa de campo de estructura amenazante y descascarada, con persianas carcomidas apenas sujetas a los goznes. La casa vivía un pasado olvidado en el tiempo, escondida bajo árboles frondosos presentaba una imagen ominosa, abandonada desde hacía medio siglo desde que la policía de homicidios la precintó por un vil parricidio ocurrido en ella.

Siempre me había atraído aquella casa en la que tantos años atrás, un viejo labrador mató a su hijo al enterarse de que iba a fugarse con otro chico del pueblo con el que tenía relaciones sexuales desde hacía tiempo. El "pagès", cegado por la "abominable vida pecaminosa" de su único hijo varón, entró en la habitación de éste, para ejecutar su ira cuando el joven estaba sentado en la cama esperando a su "depravado" amante para fugarse e irse a vivir juntos su "licenciosa relación" en Barcelona.

Por fin hallé la manera de entrar en la masía por la parte trasera, prácticamente sepultada bajo los árboles, arranqué una tabla de la ventana. Un torrente de luz sodomizó la oscuridad al instante. Me escurrí cautelosamente dentro y entré a una habitación en la que había una vieja cama y un armario con un espejo hecho añicos. Sentí de inmediato un escalofrío. Esparcidas por el suelo había varias fotografías manchadas de algo pegajoso de color oscuro. Cogí una para observarla. Era una foto de un color sepia, en la que se veía a dos chicos con sus torsos desnudos, en actitud cariñosa, mirándose a los ojos con deseo. Mientras sostenía la foto, tuve la sensación de que había alguien a mi espalda. Asustado, dejé caer la fotografía. Aterrado miré hacia atrás y no vi nada. Tenía el corazón a flor de piel... De pronto, la habitación empezó a adquirir un color índigo. El ambiente se volvió más sutil, era una dimensión más etérea. Las cosas eran más libres, menos densas... como si estuviese en un mundo espiritual.

Al instante, noté que unas frías manos me abrazaban por detrás. Me quedé petrificado... Era el chico guapo de la foto. Había atravesado el velo de la muerte y me tenía entre sus robustos brazos... Empezó a besarme cariñosamente el cuello. Sentí su gélido aliento en mi piel... todo el vello de mi cuerpo se erizó de golpe. Sus labios helados producían en mí sensaciones arcaicas... Me desnudó lentamente, como si de un ritual sagrado se tratara. Luego desabrochó el cinturón de sus pantalones, que al caer al suelo se convirtieron en polvo de estrellas.

Sus miles de caricias por todo mi cuerpo, me hacían experimentar unos placeres de tal intensidad, que tenía la sensación de estar constantemente a punto del orgasmo... No podía creer que estaba follando con un fantasma... era todo un caso de poltergeist. El "duende" no entendía que había fallecido por un tiro de su padre y seguía esperando en ésa habitación a su amante... Estábamos en un mundo tridimensional. Su cuerpo era perfecto, de una sensualidad que despertaba en mí todos los deseos más primitivos.

Embriagado por los intensos placeres que me hacía vivir. Noté de pronto que su inmenso y caliente pene, entraba en mi ano sin hacerme ningún daño. Una voz dentro, su falo empezó a moverse rítmicamente. Era como si viviese un delirio de opio. Todo mi cuerpo estaba lleno de su inmensa polla... Después de unas intensas horas de frenesí. Su falo empezó a derramar un caliente y vicioso líquido de color verde fosforescente. Llenando por completo todos los rincones de mi cuerpo. Me produjo tanto placer, que al instante tuve un orgasmo cósmico.

Yo seguía en el suelo en posición fetal. Las horas consumidas entre el ocaso y el amanecer penetrándome sin cesar y los litros de su caliente líquido seminal que tenía dentro de mí habían llevado a mi cuerpo a tener toda una revolución sideral, de placeres y sensaciones... Aún era incapaz de andar...

Jaume Serra i Viaplana.

Fotografía : Andrés Mauri
www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana


viernes, 27 de septiembre de 2013

Lenguas húmedas


Eclipsado por la magia de la noche, le miré de lado, dejando que la luna iluminara su rostro. Andrèi sacó un cigarrillo y se lo deslizó por sus carnoso labios de suave carmesí. Lo miraba completamente hipnotizado, dió una calada y expulsó el humo de un suspiro, dejando en la oscuridad de la noche, una pequeña nube blanca, que mágicamente levitó unos segundos encima nuestro, diluyendose lentamente en las tinieblas.

Alargue la mano y le acaricié el rostro suavemente, palpando su negra barba rasurada. Gocé intensamente sintiendo por él esa atracción, que me producía una especie de opresión indolora en el pecho, llenándome de amor y deseo hacia Andrèi. Hacía rato que yacíamos desnudos sobre el césped del jardín de mi casa de Rostov del Don, en sur de Rusia, cerca del mar de Azov. Mirando un cielo cuajado de parpadeantes luceros. Al instante noté como mi pene empezaba a endurecerse ante la visión de su joven cuerpo desnudo, su pelo negro como el azabache completamente rizado le daba una apariencia jovial de juventud imperecedera. Estaba atrapado por la belleza de sus alegres ojos verdes y de su pícara sonrisa que se le escapaba de entre sus sensuales labios.

Embriagado de sentimientos y excitación, le miré provocativamente con deseo irrefrenable. Y antes que pudiera reaccionar me tenía entre sus brazos. Notaba su respiración nerviosa y caliente en mi cuello. Por primer vez en mi vida me sentía deseado y querido. Hasta  que lo conocí, siempre me había sentido como una Criatura del Averno, condenado a la eterna peregrinación sin descanso ni cuartel, en busca del amor. Mis ojos ya no estaban tristes. Andrèi había eliminado de mi boca la palabra soledad. Se había acomodado a mi regazo y me prometió que nunca iba a marchar.

Su largo y sedoso pene estaba tremendamente duro, presionando el mío con autoridad. Nuestros prepucios se lubricaban generosamente... los corazones retumbaban dentro de nuestras cajas torájicas, como timbales antes de librar la gran batalla... Una sonrisa pícara entre tímida y desafiante, como si fuese un niño que va a hacer  una travesura salió de su boca, a la vez que su mirada cargada de deseo, se posaba en mis glúteos.

En unos segundos se alzó del césped y cogió un trozo de helado de nata, que quedaba medio deshecho en el plato de postre que habíamos traído del comedor. Y dándome la vuelta para ponerme boca a bajo, me deslizó con sus suaves dedos el helado ya derretido por el agujero de mi ano... sus fuertes manos separaban mis nalgas para poder meter su lengua más adentro y sorber en él, lamiéndo con glotonería insaciable todo el sabroso helado de nata que se esparcía en mi caliente culo...

Andrèi, como buen bailarín que era, hacía tiempo que formaba parte del ballet clásico del legendario Teatro Bolshói de Moscú.  Movía su cuerpo encima de mí, con un ritmo y sensualidad de manera impresionante. Su lengua castigaba mi ano con unas lamidas tan apasionadas y viciosas, que no podía dejar de gemir de placer ni un sólo instante.

Al rato, se puso de rodillas ante mí y sus musculosos brazos me dieron la vuelta, levantando mis piernas abriéndolas más. Con suma delicadeza introdujo su largo y erecto falo lubricado en mi culo sediento de sexo. Sus envestidas, cada vez más rápidas hacían que sus huevos chocasen constantemente contra mi castigado trasero... El placer desbordaba mi cuerpo... De pronto, noté cómo la musculatura de Andrèi se ponía rígida. Al instante, aullando cómo un poseso empezó a derramar en mis entrañas toda su leche caliente y espesa... tenía la sensación que estaban entrando litros de semen dentro de mí.

Estaba tan tremendamente cachondo, que aún con la polla de Andrèi dentro mio, empecé a masturbarme frenéticamente ante su mirada lasciva...

Jaume Serra i Viaplana.

Fotografía : Andrés Mauri
Model       : Jaume Serra


sábado, 29 de junio de 2013

Polvo a la luz de la luna


Una gota de agua se desprende alegremente del trozo de hielo que Sebastian tiene prisionero entre sus largos dedos de pianista y se desliza majestuosamente por el torso de tersa piel morena carente de vello, suave cómo las mejores sedas orientales del perfilado y musculoso joven cuerpo caribeño de Dorian.

Con los párpados entrecerrados, Dorian, desnudo sobre las grisáceas rocas del acantilado, sucumbe sumisamente a los placeres que le produce la dictadura de las caricias de los dedos de Sebastian, su apasionado novio catalán. Sus gemidos espasmóticos producidos al deslizarse el cubito de hielo por su pecho, se unen al rugido del embravecido mediterráneo, que golpea las rocas con regia altanería, formando una sensual melodía... Un resplandor lunar ilumina los dos cuerpos desnudos, entrelazados sobre las grandes rocas, moviéndose rítmicamente como bailarines en una danza erótica. La excitación por la fricción de sus cuerpos sin ropa, llena sus pieles de decenas de gotas de sudor, que destellan a la luz de la luna, como diamantes esparcidos sobre sus atléticos cuerpos.

Unos cuerpos que hierven de pasión, profiriendo al aire constantes gemidos de lujuria, que levitan en la oscuridad de la noche como notas musicales de un bolero. Una noche mágica, en la que Sebastian, mirando con sus ojos azules como aguamarinas a los chispeantes ojos miel de Dorian, le ha pedido que se case con él, regalándole un precioso anillo de platino y brillantes dentro de una larga copa de cristal llena de burbujeante cava de la que han bebido los dos, bajo un cielo cuajado de estrellas en un improvisado picnic a la luz de la luna. Con el que Sebastian ha sorprendido a Dorian ésta noche de verano.

Como un borbotón de seda y pedrería, la lengua de Sebastian se desliza por el cuerpo de Dorian, que está en plena efervescencia sexual. Siguiendo el reguero húmedo que ha dejado el trozo de hielo en ésa piel canela, que a los gruesos y bonitos labios de Sebastian, le saben a frutas silvestres... Dorian arquea su cuerpo de placer, la barba recortada de Sebastian le produce un agradable cosquilleo en el estómago al roce con su piel, ya muy sensibilizada. Sebastian se introduce en su boca poco a poco el rojizo prepucio lubricado de Dorian saboreándolo lividinosamente, que entre gemidos, mira amorosamente a Sebastian y entiende por primera vez, el verdadero significado de la palabra sacramental AMOR. Sebastian hace tiempo que le había encendido luces en su alma.

El rumor de las olas del mediterráneo acuna Sitges que duerme en silencio la noche de las almas. En el aire siguen gravitando los gemidos de los dos enamorados que se diluyen el uno contra el otro, a la luz de los parpadeantes luceros, cómo notarios de su felicidad. En los ojos de la pareja aún hay la humedad de las lágrimas que se han deslizado por sus emocionados rostros, cuando Dorian le ha dado el "SI".

Jaume Serra i Viaplana

Fotografía : Andrés Mauri
Modelo: Jaume Serra i Viaplana

jueves, 6 de junio de 2013

Amo castigador busca sumiso


Brendan era de carácter apasionado y promiscuo, tenía el alma encadenada por los deseos pecaminosos y sentía una pasión desaforada por el sexo múltiple. Pero ante todo, le encantaba ser jodido a escondidas por personas que se corrían dentro de su insaciable culito, mientras era espiado por anónimas miradas lascivas, aunque una de sus fantasías más animadas y recurrentes, era hacer felaciones a cientos de hombres en un mismo día. La vida para él era un complejo juego sexual en el que se zambulló de lleno, buscando sexo furtivo en urinarios, parques... A los que acudía asiduamente para fornicar con cualquier tío que tuviese algo duro y lubricado entre piernas.

Y allí estaba él, apostado como un francotirador sexual esperando su presa. Controlando a los hombres que entraban a orinar en los lavabos públicos de la estación de ferrocarril de Sants. Su mirada de cazador se posó en la abultada bragueta del pantalón militar de Gerard, recreándose en ella unos segundos... Cuando por fín sus miradas se cruzaron en el espacio, Brendan se percató de la belleza hipnótica del joven, que obnubilaba a cuantos estaban a su alrededor. La mirada felina de los ojos almendrados de Gerard, se mantuvo clavada en los ojos negros de Brendan, con altanería desafiante. Mientras se acariciaba con lujuria su voluptuoso paquete, se mordía su carnoso labio inferior que era todo un premio a su beldad. Al poco, salió de los urinarios con paso firme, haciendo retumbar el talón de sus botas militares en el suelo de la estación. Seguido a poca distancia por un nervioso e indeciso Brendan, completamente embelesado por ese joven altivo de cabeza rapada y estética militar que parecía haberse dado una ducha de mala leche.

Al llegar a casa de Gerard, se dirigieron sin preámbulos a su habitación y se desnudaron en silencio, quedándose sólo en slips. Gerard se acercó a Brendan y las fosas nasales de éste, se llenaron de un olor poderoso y embriagador a hombre, produciendo en Brendan una erección instantánea. Gerard, con férreo aplomo, miró a Brendan y con chulería lo arrojó de imprevisto sobre la cama, atándolo a ella con cuerdas viejas. Brendan se asustó, pero a la vez le excitaba mucho ser sumiso a los caprichos de ése semental tan primario... Después de someterlo, le exigió que estuviese sexualmente disponible para él, siempre que él quisiese.

Brendan estaba aterrorizado, a pesar de ello una media sonrisa iluminó su cara. Ésa situación nueva para él, le producía mucha excitación. Sentía un placer indescriptible a ése sometimiento al macho dominante...a ése amo despiadado que le estaba azotando con una fusta, a la vez que le profería vejaciones de todo tipo. Al rato, Gerard se puso encima de Brendan y sus abultados paquetes empezaron a refregarse uno con el otro... sus rabos estaban a reventar lubricándose generosamente... Gerard empezó a lamer y morder con frenesí el cuello de Brendan, los pezones... hasta llegar a su pequeño slip rojo, que lo rompió bruscamente con la boca. Llevando a Brendan casi al orgasmo. Gerard, embriagado por la excitación, abrió de piernas a Brendan y le introdujo de una envestida, toda su endurecida polla en el ano, haciendo éste un mohín de dolor al ser envestido sin miramientos.

Gerard cabalgó el culo de Brendan como un jinete medieval. Después del dolor inicial de la penetración, empezó a sentir como un fuego que abrasaba sus entrañas, haciéndolo gemir de placer. Un gozo salvaje recorrió su cuerpo. Hasta que de pronto, en un gemido orgásmico, la caliente y endurecida verga de Brendan explotó llenando de semen su muslo... Gerard, al ver como ése líquido viscoso que había salido del circuncidado rojizo capullo de Brendan, chorreaba por la musculosa pierna de éste. Entró en un estado tal de excitación, que empezó a envestir salvajemente el culo que estaba sodomizando sin piedad... Embebido en follarlo, notó de pronto que su cuerpo se tensaba y su polla se endurecía aún más. Al cabo, empezó a inundar de caliente semen las entrañas de Brendan, que seguía atado a la cama...

La puerta del piso se cerró de golpe, después quedó todo en silencio...

Jaume Serra i Viaplana.

Fotografia: Andrés Mauri.
www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana.

jueves, 16 de mayo de 2013

Pollas de Barcelona

 

Jamás había visto un cuerpo esbelto más bello que el de Stéfano. Eran esos andares tan peculiares, entre provocadores y sensuales junto a esos ojos perturbadores tan hermosos, esos lascivos labios carnosos provocaban que mi deseo sensual fabricase altísimos niveles de testosterona cuando todas las mañanas Stéfano cruzaba el umbral de mi bar del barcelonés barrio del Borne.

Cuando Stéfano apareció en mi cafetería esta mañana, como un dios griego sensual y etéreo, mirándome con ésos ojos impúdicos verde jade, con esa libidinosa sonrisa mostrando unos dientes blancos como la nieve : - ¡ Buenos días Adam !... por favor me haces un café de esos que tú haces tan bien... - Me quedé embobado mirándolo, no podía reaccionar. Noté una sensación de hormigueo, que me nació en el vientre y se extendió hasta el rostro, ruborizándome al momento... Cuando más lo miraba, mi corazón más se aceleraba, mis pupilas se dilataban... la boca se me secó de golpe. Mi cuerpo sufrió un calentamiento espontáneo... Nada deseaba más en aquel instante, que posar mis labios sobre los suyos y esperar que el tiempo se eternizara.

A pesar de que hoy el cielo mostraba ese tono blanquecino amortiguado de las mañanas de verano. Yo lo veía todo de una luz iridiscente. No podía dejar de mirar a Stéfano, que bajo su camisa de seda azul celeste medio desabrochada, exhibía un terso pecho moreno y suave carente de vello. Con un pezón achocolatado, que intentaba asomarse cada vez que Stéfano movía el torso. Ante ésa visión, un subidón de adrenalina me recorrió todo el cuerpo, el pulso se me aceleró... De repente el mundo parecía distinto a mi alrededor... Tartamudeando, sólo fui capaz de hilvanar alguna frase : - Sí... si Stéfano, ahora mismo te lo hago... - . Sin dejar de mirar sus labios tiernos y rojizos, en donde descansaba la esencia de la sensualidad en toda su pureza, coronado por un hoyuelo en la barbilla, que tanto deseaba morder...

- ¿Qué es lo que me harás?... Bromea Stéfano, mirándome con ojos chispeantes llenos de lujuria, dedicándome una amplia sonrisa de complicidad... Yo estaba tan nervioso y cachondo, que sólo fui capaz de esbozar una tímida sonrisa, que quedó bailando en mis labios, mientras intentaba hacer el café... ¡ Uuuy Adam !... creo que te ha salido una hernia... o tu entrepierna se ha puesto muy cachonda. Porque si todo lo que hay detrás de ésta voluptuosa bragueta es tuyo. Yo con mucho gusto puedo ayudarte a aliviar éste hinchazón... ¡ si quieres, claro !...El tono obsceno de la voz de Stéfano, iba acompañado de una mirada lúbrica dirigida hacia el aseo.

Un enorme suspiro nació de mi pecho, que provocó una lágrima de alegría humedeciendo mi rostro. Hacía tantas mañanas que deseaba tenerlo entre mis brazos junto a mi pecho... meter mi lengua en su boca en un beso interminable... Stéfano me pedía guerra y yo estaba tan excitado y caliente, que la polla me dolía de lo dura que estaba... en ése momento sólo quería poner a Stéfano contra la pared y hundir en su culito tragón, toda mi larga y lubricada verga, hasta los huevos y cabalgar en él hasta inundarle de mi espeso semen.

Sin mediar palabra, cerramos la puertas del aseo... al poco, nuestros pantalones cayeron al suelo oyéndose un "cloc" al golpear las hebillas de nuestros cinturones con las baldosas del aseo... ¡Ooooh! ... de pronto, un grito de placer lo inundó todo...

Jaume Serra i Viaplana. 

Fotografía: Andrés Mauri www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana.

viernes, 3 de mayo de 2013

Violado en prisión

 
Hace rato que la oscuridad ha devorado la poca luz crepuscular que quedaba. Cerniéndose inexorablemente la noche sobre Kabul, como una inmensa águila de negras alas, cubriéndolo todo. Sólo un débil rayo de luna, rasga la oscuridad como una espada vengadora entrando por la pequeña ventana enrejada de la celda, haciendo brillar las gotas de agua salada, que brotan quedamente de los negros ojos morunos de Rashid. Tumbado en su mugriento camastro, intenta esconder en la oscuridad, la cara de rabia y dolor que siente.
Zalmai, el compañero de celda de Rashid. Es un hombre tosco, corpulento, de unos cuarenta años y larga barba negra... hace poco más de una hora, que se había acercado a Rashid, ante la cálida sonrisa de éste. En su taciturnitez, lo interpretó como una insinuación, y se puso ante Rashid, frente a frente, nariz con nariz... Rashid notó la caliente respiración de Zalmai en sus labios rojos como capullos de rosa. En los que se borró de golpe la sonrisa... Rashid, vio su propia cara de terror, reflejada en los ojos color avellana de Zalmai, al intuir las intenciones de éste. El qual, sin mediar palabra, le profirió un empujón con sus gruesas manos, lanzándolo  contra la reja de la puerta de la celda. Al tiempo que con su grasienta mano callosa, le rompía con violencia sus raídos pantalones, mientras que con la otra mano, le apretaba la cabeza contra los enmohecidos barrotes de hierro.

- ¡ No Zalmai !... no  por favor... así no... ¡ No Zalmai !...- Las palabras de Rashid salen de su boca como una nube de vaho al respirar en un día de crudo invierno... - ¡ No Zalmai !... ¡ No por favor !... - Zalmai estaba tremendamente excitado. Los gritos de súplica del joven Rashid, le provocan una sensación en el vientre, como si un fuego le abrasase... Zalmai, fuera de sí, hizo saltar de un manotazo los botones de la bragueta de su pantalón con la mano temblorosa por la prisa y la excitación sacó su gruesa y erecta polla endurecida como una piedra. A la vez que gritándole : - ¡ Calla puta !... si a tí te va a gustar, putón...- . Introdujo sin miramientos, toda su caliente verga, en el ano de Rashid, que casi se desvanece de dolor... Zalmai, con la razón completamente ofuscada enviste savajemente una y otra vez, el culo de Rashid, del que sale un hilo de sangre... Zalmai, aullando como un animal, dio con brusquedad la última envestida al trasero de Rashid y su polla explotó dentro, llenándole de espeso semen el dolorido ano de Rashid. Lloraba en silencio... en la celda de enfrente, un recluso de cara ceñuda se masturba mirando cómo Zalmai folla a Rashid frenéticamente. Eyacula también de pronto, llenando de semen la cara de su compañero, que estaba de rodillas, lamiendo sus testículos.

Acurrucado en su camastro esperando que remita el dolor, los conmovedores ojos negros de Rashid, tienen la mirada perdida, se ve paseando por su barrio de las afueras de Kabul, en donde crecen madreselvas en las orillas de los caminos... En el exterior de la prisión, una luna altanera brilla en el firmamento como el velo de una novia rota...

Jaume Serra i Viaplana.

Fotografía: Andrés Mauri.
www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana.

jueves, 14 de marzo de 2013

Corridas en familia

 
"Así... así...¡Chúpasela bien, zorra!... vamos semental, deja a ésta puta y métemela a mí hasta la garganta...sí, toda... toda... ahógame con tu rabo"...

Nazario  está recostado en el sofá de piel negra, en su piso del ensanche de Barcelona. Debajo de su inmaculada camisa blanca de su uniforme de policía desabrochada, luce una bonita combinación de blonda rosa. El sostén le va un poco estrecho y roza en su endurecido pezón amarronado coronado por un piercing, lo que le produce un placer que le baja hasta la ingle. De sus diminutas braguitas, sale un largo y erecto miembro viril, de capullo rojizo que masturba frenéticamente con la mirada fija en el televisor de plasma. En un establo californiano una rubia desnuda y tetuda, hace una felación a la gran polla de un altanero caballo árabe, negro como el azabache, treméndamente empalmado  - Vamos, méteme ése rabo... Yo soy tu yegua... Móntame... -

Nazario excitado como nunca, ante la visión del inmenso miembro del corcel, se masturba cada vez más deprisa... al poco tiempo, en plena vorágine masturbatoria, empieza a gemir como un poseso, mientras su polla va bombeando chorros de semen encima de su pecho de largos pelos lacios, que quedan nevados. En ese momento Mario, su suegro, entra en el comedor con el albornoz abierto, luciendo unos bonitos pectorales rasurados a pesar de su edad, y una gruesa polla que se va endureciendo al ver a su yerno con el pecho todo salpicado de semen. Sin mediar palabra, se abalanza sobre él y empieza a lamer glotónamente la caliente y salada leche que Nazario acaba de esparcir sobre su pecho peludo. Succionándole luego el enrojecido capullo de su yerno.

Ante la dictadura del placer a que le somete la lengua de Mario... Nazario vuelve a ponerse muy cachondo y excitado... Atraídos por el deseo, se funden en un profundo y largo beso en la boca... Sus miradas de vicio y lujuria se encuentran. Los dos desean lo mismo... Mario se estira en el sofá boca arriba y Nazario, después de sacarse las bolas chinas que lleva siempre dentro de su caliente y perverso culito permanentemente sediento de pollas... Se coloca sobre los muslos de Mario en cuclillas y poco a poco, se va sentando en el endurecido pene de su suegro, que entra en su culo tragón, devorándola toda hasta el fondo.... Nazario empieza a cabalgar  encima de Mario... - ¡ UUUUMMMMHH ! Así semental... que pollón tienes... sí, la noto toda dentro de mí... Mira que cachonda está tu hembra...  - Mario, también muy excitado, gimotea de placer, al tiempo que con su mano fustiga las nalgas de Nazario, que se mueve rítmicamente encima de su rabo, lubricándose generosamente. Mario está tan empalmado, que siente un dolor en el falo, como si fuese a explotar y de pronto,  sin poder aguantar más... Un chorro de leche espesa, sale de su verga, para introducirse en las entrañas de su yerno... Nazario, que está caliente como una perra en celo, al notar la calidez de ése líquido viscoso dentro suyo, su excitación llega al punto más álgido y su miembro viril también explota, corriendose en la cara de Mario que se relame los labios, saboreando con glotoneria el semen de Nazario...

Mario se quita cariñosamente a Nazario de encima suyo y se pone de pie. Coge las bolas chinas y, después de chuparlas como si degustase un manjar, se las vuelve a introducir dentro del trasero de Nazario, que da un respingo de placer. Al tiempo que se lo mira con cara de complicidad. Y con su callosa mano, se coge el grueso pene ya flácido y mea encima de Nazario, que se vuelve loco refregándose por el pecho el caliente líquido amarillo que sale a presión de ésa polla que tanto placer le da.

¡Nazario!...¡Nazario!... Carlota, su mujer, intenta despertarlo, pero duerme profundamente con cara de felicidad. Le tira gotas de agua en la cara, para ver si reacciona. Una sonrisa se dibuja en sus labios...  -¿Qué estarás soñando, Nazario?... vamos despierta, que  tenemos que ir a comer a casa de mis padres... - Carlota está eufórica, porque hoy estrena una bonita combinación de blonda rosa y sabe que su padre, le romperá las braguitas nuevas, para follársela salvajemente con su larga y gruesa polla en el trastero.

Jaume Serra i Viaplana.

Fotografía : Andrés Mauri.
www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana.

jueves, 28 de febrero de 2013

Virginidad perdida


Ya no hay rosas ni cipreses ni labios rojos a los que besar; ni auroras que con su inmenso rubí cintile en el cielo; ni crepúsculos de techos de amatista; ni penas ni alegrías... sólo hay el vacío. Sin ti, mi suerte y la del universo ya no me importan. Tu ida ha extinguido el brillo fatuo del alba, que llenaba de luces de colores mi vida... Mi corazón lacerado ya no quiere seguir latiendo. Quiero franquear el umbral de las tinieblas, entrar en la noche de los sepulcros... que mi alma se desprenda de mi cuerpo y se arroje tras el velo que flota entre el universo y el eterno... Tú eras mi todo.

La sedosa cabellera dorada de Eudald, revolotea  sobre su cara, movida por la brisa matinal que entreabre las flores silvestres, acariciando sus pétalos. En su bello rostro se han secado las fuentes del llanto. Su escultural cuerpo desnudo, se erije majestuosamente como un monumento a la belleza pura... a sus pies descalzos, las violetas despliegan su esplendido ropaje morado, cubriendo la pared rocosa del precipicio que se extiende delante de él.

El cuerpo de Eudald está ante el vacío, sereno, con la mirada perdida. Su mente está inmersa en el recuerdo de ese lejano día, en que embriagado de amor por Biel, su hermano mayor . Se entregó a él en cuerpo y alma, ofreciéndole su virginidad, una mañana que el sol había dispersado ya las estrellas de una noche romántica. Y entre sábanas de raso celeste, Eudald bebió de la boca de su hermano el néctar del amor y se entregó al placer...

Biel, ardiendo de pasión por Eudald, besó lentamente su virginal cuerpo rasurado, hasta llegar a su ano glotón, que lo lamió con frenesí. Haciendo que Eudald no dejara de gemir ni un solo instante... Cuando estuvo bien lubricado por su saliva. Biel introdujo con sumo cuidado todo su endurecido miembro viril, llegando hasta las mismísimas entrañas de Eudald... Los dos se entregaron a ese placer arcano que te lleva al Edén, cuando se está ungido por el aroma del amor y el deseo. Biel cabalgó dentro de su hermano, con una pasión indomable. Un deseo feroz devoraba sus cuerpos, sin dar más tregua a sus pasiones, Biel en una espasmotica envestida, dejó todo su diabólico brebaje dentro de Eudald quedando este hechizado para siempre.

Eudald sabe que no quiere vivir fuera de la prisión de los deseos de Biel, a los que durante años ha estado completamente sumiso, pero ahora... Biel le ha enviado un mensaje en el que le dice que lo deja por Marc, su nuevo amor y padre de ambos. Eudald sabe que no puede cambiar el universo, por eso quiere unirse a él... Con la mirada perdida en el infinito, grita al vacío el nombre de su amado, que vuelve en un eco lastimero... Biel... Biel... Biel...

Eudald se ha excitado tanto, recordando cómo lo poseyó Biel el día que perdió su virginidad y todos los días y noches que les han sucedido en éstos años en los que su hermano ha sido el copero que le ha ofrecido el brebaje del amor y el sexo del que ha bebido con verdadera ansia, hasta la última gota... Sin darse apenas cuenta, ha empezado a masturbarse regocijándose en ése recuerdo... De pronto, siente unos espasmos en su cuerpo y un chorro de semen sale con fuerza de su largo y grueso pene. En ése instante, Eudald se entrega a los brazos del eco, que desgrana en el aire de cristal el nombre de Biel... El libro del destino queda cerrado.

Su alma cabalga ya desnuda por el limbo sideral.

Jaume Serra i Viaplana.

Fotógrafía: Andrés Mauriwww.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana.

domingo, 10 de febrero de 2013

Follada de gladiador


El alba vuelca sus rosas en la copa del cielo, inundando de rubís la alameda que rodea la imperial Roma. Las respiraciones fuertes y entrecortadas de Cornelius el africano y Espartacus, se diluyen en la brisa juguetona que hace danzar alegremente las hojas caídas de los álamos, alrededor de los dos gladiadores que yacen sobre la húmeda hierba completamente agotados... En sus musculosos cuerpos atléticos empapados de sudor, se clavan las tiras de cuero que llevan en los tobillos, muñecas y rodillas, como gladiadores hoplomacus que son. El gran escudo y casco con visera y cimeras, los han tenido que abandonar por el camino para correr más ágiles y no ser alcanzados por la guardia pretoriana de Julio César.

Esa noche que muere lángidamente, como todas las noches antes del combate, les daban fiestas. Ya que  podía ser la última  noche de sus vidas y les agasajados con orgías y toda clase de placeres. Los gladiadores eran los más deseados por ser hombres grandes y vigorosos... Esa velada, Julio César se encaprichó de Espartacus, pero este lo rechazó y decidió huir con su amante Cornelius. Julio César enfurecido por tal desprecio decidió ejecutarlo como ya hizo con el jefe galo Vercingétorix, uno de sus grandes amores, al que después de darle muerte, ordenó cortar su larga cabellera rubia para confeccionar una peluca que cubriera su calvicie. Lejos quedan los tiempos de aquella Roma libre de prejuicios hacia las relaciones homosexuales siendo de considerable aceptación entre emperadores, ya nadie recuerda al joven Julio César, alto, esbelto, de una belleza casi femenina y ojos negros que enamoraron al rey de Bitinia para convertirlo en su amante...

Bajo los destellos plateados del último lucero que aún rasga la bóveda celeste, Cornelius mira con dulzura los amorosos ojos verdes de Espartacus que destilan pasión. No puede evitar sentir en su estómago como un reboloteo de mariposas. Los dos saben que están sintiendo lo mismo... Una sonrisa de complicidad se les escapa de sus carnosos labios al tiempo que Cornelius pega su frente contra la de Espartacus y cierra los ojos... Con la melodía de fondo del latir acelerado de sus corazones excitados, Cornelius abraza a Espartacus estrechando su cuerpo contra su pecho desnudo... acaricia con ternura su nariz recta... sus labios carnosos y perfilados y le aparta el largo mechón de cabello azabache que le cae sensualmente sobre la mejilla. Cautivo por completo por esas facciones seductoramente inocentes, se acerca a su boca, deseándola como jamás ha deseado algo y lo besa con pasión obligándole a abrir la boca con la lengua mientras siente como su verga se endurece presionando suavemente el cuerpo de Espartacus... sus cuerpos se tensan...

Cornelius libera su excitado falo cautivo en su indumentaria de gladiador y con un brusco movimiento, arranca el cinctus de Espartacus dejando al descubierto una inmensa polla erecta y enrojecida... En sus cuerpos desnudos, marcados por las cicatrices en decenas de luchas contra los mejores gladiadores del imperio, reverbera la luz rosada del incipiente día que va naciendo tímidamente... Cornelius enredado entre las piernas de Espartacus desliza su lengua lentamente por su cuello, por su pecho, hasta llegar a sus amarronados pezones, que besa y mordisquea, mientras nota como se endurecen al apretarlos con los dientes... Espartacus siente una agradable sensación que le baja hasta la ingle, haciéndole arquear el cuerpo y empieza a gemir, excitado como nunca. Cornelius, llevado por el frenesí, ya sólo piensa en poseerlo hasta dejarle sin sentido. Y sin más, le introduce todo su largo y endurecido falo lubricado en las calientes posaderas de Espartacus, envestiéndolo cada vez más deprisa, arqueando su espalda para llegar a sus más profundas entrañas e inundar de un placer enloquecedor todo su cuerpo. Para Espartacus, la sensación de ser poseído por Cornelius, siempre era una experiéncia mística que lo llevaba al éxtasis... De pronto, Cornelius da una salvaje gran envestida y con furia desatada, empieza a bombear todo el semen de los dioses dentro de Espartacus...

Cornelius permanece abrazado a Espartacus con su polla aún endurecida dentro de él. Su cálida respiración acaricia la suave piel de la espalda de Espartacus... De pronto, un golpe seco de espada, decapita a Cornelius y al momento, otra espada  hace rodar la cabeza de Espartacus. La guardia pretoriana de Julio César ha cumplido silenciosamente las ordenes, después de seguir a sus presas toda la noche bajo los pétalos de oro que dejaban caer las estrellas, han cortado las cabezas de los dos gladiadores para llevarlas a Julio César.

La roja sangre de Cornelius y Espartacus, se mezcla diluyéndose entre la hierba de la alameda.

Jaume Serra i Viaplana

Fotografía: Andrés Mauri www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana.

lunes, 14 de enero de 2013

Orgullo Gay


¡Levántate! rompe las cadenas de tu mente. Enarbola la bandera de la libertad y empieza a caminar. La senda será tortuosa, tus pies se llagarán, sangrarán...  ¡No te preocupes! ésa sangre será el arma que derribará la dictadura heterosexual, que castra tus sueños y lastra tu vida.

Lucha a pecho descubierto, con orgullo. No te avergüences de ti, de tu cuerpo, de tu sexualidad... No dejes que nadie decida por ti, cómo tienes que vivir tu única vida. Vívela con naturalidad, no permitas que te roben tus días. Porque una vez exhumado tu tiempo, ya no hay nada... no olvides que tú y tus anhelos, valéis tanto como los de cualquier otro.

Tu deber es intentar ser feliz...  ¡LUCHA POR ELLO!... Que este año sea el de la conquista de la igualdad de derechos para las comunidades gays de todos los países.

Jaume Serra i Viaplana

Fotografía: Andrés Mauri
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Semen de Ébano y Bourbon

El jazz en Nueva Orleans es como una religión, es un estado de la persona. Un calor húmedo invade la calle Bourbon, en la que más t...

Lo más caliente...