jueves, 26 de abril de 2012

Polvo en Venecia

 
La metrópoli veneciana está inmersa en un calor soporífero. El mediterráneo escupe una brisa caliente, envolviendo a sus presas, obligándolas a vomitar un sudor pegajoso por todo el cuerpo... Venecia parece permanecer fuera del tiempo humano. Como si formara parte de la escena del cuadro de los relojes de Dalí, si no fuera por las campanadas de la plaza de San Marcos que sesgando el silencio del mediodía, irrumpen en la vida humana recordando que son las tres... - Dong, dong, dong -.

Las gotas de sudor se deslizán sinuosamente por el escultural cuerpo desnudo de Silvio acariciando su rasurada piel rosada, dejando en ella un rastro húmedo que moja las sábanas de la cama en la que yace somnoliento por el calor sofocante que impera en éste tórrido día de verano. No corre ni una pequeña brisa de aire, a pesar de que la puerta y las ventanas de la habitación del viejo palacete veneciano en el que vive estan abiertas de par en par. La mente de Silvio está inmersa en un sueño erótico en el que un hombre completamente desnudo está sentado en un sillón desgastado por el tiempo, oculto detrás de una bella máscara veneciana de largas plumas negras con las piernas abiertas de un modo obsceno luciendo una gran erección. Es una polla dura, caliente... con un capullo rosado que va lubricándose ante la mirada de deseo de Silvio que siente una mágica atracción hacia esa verga que se erige ante él con altanería... como atraído por una fuerza sobrenatural, Silvio se pone de rodillas ante el enmascarado y abriendo sus viciosos labios carnosos, empieza a engullir con glotonería el lubricado pollón del desconocido, sediento de ése líquido seminal que va fluyendo del excitado rabo dentro de la húmeda boca de Silvio, chupándolo frenéticamente... hasta que el desconocido enmascarado empieza a jadear como un poseso dando gritos a la vez que un chorro de leche caliente y espesa llena la boca de Silvio que empieza a tragársela como enloquecido, pidiendo más y más... Con el cuerpo ardiendo de lujuria sexual, Silvio empieza a refregarse por la cama. El sueño con el enmascarado le ha puesto tan cachondo, que no se da cuenta que está siendo observado furtivamente por unos  ojos negros como el azabache que lo miran lascivamente... con sigilo, esos ojos intensos de color prieto van acercándose silenciosamente como una gacela, hasta estar ante él. Es su hermano Marcelo, que con el cuerpo lleno de sudor exhibe ante Silvio su enorme falo excitado que está masturbando.

Silvio, como hechizado por ésa larga y gruesa verga de su hermano y aturdido aún por el sueño erótico con el desconocido del antifaz, se da media vuelta en la cama y brinda a su hermano su macizo culo glotón, con un deseo irrefrenable de ser follado por ése pedazo de polla roja, treméndamente lubricada... Marcelo se desliza sobre su hermano y con suavidad, introduce lentamente toda su endurecida y excitada polla en ese culo que se la va tragando toda hasta chocar con los huevos... Marcelo, abrazado a su hermano, empieza a cabalgar encima de él como endemoniado...

En el balcón del palacete de enfrente, el viejo Carlo está pajeándose discretamente, excitado ante la visión de los dos hermanos follándose.



 
Fotografía : Andrés Mauri  www.darkphotomagazine.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana.  jacobbarcelona@gmail.com

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