jueves, 16 de mayo de 2013

Pollas de Barcelona

 

Jamás había visto un cuerpo esbelto más bello que el de Stéfano. Eran esos andares tan peculiares, entre provocadores y sensuales junto a esos ojos perturbadores tan hermosos, esos lascivos labios carnosos provocaban que mi deseo sensual fabricase altísimos niveles de testosterona cuando todas las mañanas Stéfano cruzaba el umbral de mi bar del barcelonés barrio del Borne.

Cuando Stéfano apareció en mi cafetería esta mañana, como un dios griego sensual y etéreo, mirándome con ésos ojos impúdicos verde jade, con esa libidinosa sonrisa mostrando unos dientes blancos como la nieve : - ¡ Buenos días Adam !... por favor me haces un café de esos que tú haces tan bien... - Me quedé embobado mirándolo, no podía reaccionar. Noté una sensación de hormigueo, que me nació en el vientre y se extendió hasta el rostro, ruborizándome al momento... Cuando más lo miraba, mi corazón más se aceleraba, mis pupilas se dilataban... la boca se me secó de golpe. Mi cuerpo sufrió un calentamiento espontáneo... Nada deseaba más en aquel instante, que posar mis labios sobre los suyos y esperar que el tiempo se eternizara.

A pesar de que hoy el cielo mostraba ese tono blanquecino amortiguado de las mañanas de verano. Yo lo veía todo de una luz iridiscente. No podía dejar de mirar a Stéfano, que bajo su camisa de seda azul celeste medio desabrochada, exhibía un terso pecho moreno y suave carente de vello. Con un pezón achocolatado, que intentaba asomarse cada vez que Stéfano movía el torso. Ante ésa visión, un subidón de adrenalina me recorrió todo el cuerpo, el pulso se me aceleró... De repente el mundo parecía distinto a mi alrededor... Tartamudeando, sólo fui capaz de hilvanar alguna frase : - Sí... si Stéfano, ahora mismo te lo hago... - . Sin dejar de mirar sus labios tiernos y rojizos, en donde descansaba la esencia de la sensualidad en toda su pureza, coronado por un hoyuelo en la barbilla, que tanto deseaba morder...

- ¿Qué es lo que me harás?... Bromea Stéfano, mirándome con ojos chispeantes llenos de lujuria, dedicándome una amplia sonrisa de complicidad... Yo estaba tan nervioso y cachondo, que sólo fui capaz de esbozar una tímida sonrisa, que quedó bailando en mis labios, mientras intentaba hacer el café... ¡ Uuuy Adam !... creo que te ha salido una hernia... o tu entrepierna se ha puesto muy cachonda. Porque si todo lo que hay detrás de ésta voluptuosa bragueta es tuyo. Yo con mucho gusto puedo ayudarte a aliviar éste hinchazón... ¡ si quieres, claro !...El tono obsceno de la voz de Stéfano, iba acompañado de una mirada lúbrica dirigida hacia el aseo.

Un enorme suspiro nació de mi pecho, que provocó una lágrima de alegría humedeciendo mi rostro. Hacía tantas mañanas que deseaba tenerlo entre mis brazos junto a mi pecho... meter mi lengua en su boca en un beso interminable... Stéfano me pedía guerra y yo estaba tan excitado y caliente, que la polla me dolía de lo dura que estaba... en ése momento sólo quería poner a Stéfano contra la pared y hundir en su culito tragón, toda mi larga y lubricada verga, hasta los huevos y cabalgar en él hasta inundarle de mi espeso semen.

Sin mediar palabra, cerramos la puertas del aseo... al poco, nuestros pantalones cayeron al suelo oyéndose un "cloc" al golpear las hebillas de nuestros cinturones con las baldosas del aseo... ¡Ooooh! ... de pronto, un grito de placer lo inundó todo...

Jaume Serra i Viaplana. 

Fotografía: Andrés Mauri www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana.

viernes, 3 de mayo de 2013

Violado en prisión

 
Hace rato que la oscuridad ha devorado la poca luz crepuscular que quedaba. Cerniéndose inexorablemente la noche sobre Kabul, como una inmensa águila de negras alas, cubriéndolo todo. Sólo un débil rayo de luna, rasga la oscuridad como una espada vengadora entrando por la pequeña ventana enrejada de la celda, haciendo brillar las gotas de agua salada, que brotan quedamente de los negros ojos morunos de Rashid. Tumbado en su mugriento camastro, intenta esconder en la oscuridad, la cara de rabia y dolor que siente.
Zalmai, el compañero de celda de Rashid. Es un hombre tosco, corpulento, de unos cuarenta años y larga barba negra... hace poco más de una hora, que se había acercado a Rashid, ante la cálida sonrisa de éste. En su taciturnitez, lo interpretó como una insinuación, y se puso ante Rashid, frente a frente, nariz con nariz... Rashid notó la caliente respiración de Zalmai en sus labios rojos como capullos de rosa. En los que se borró de golpe la sonrisa... Rashid, vio su propia cara de terror, reflejada en los ojos color avellana de Zalmai, al intuir las intenciones de éste. El qual, sin mediar palabra, le profirió un empujón con sus gruesas manos, lanzándolo  contra la reja de la puerta de la celda. Al tiempo que con su grasienta mano callosa, le rompía con violencia sus raídos pantalones, mientras que con la otra mano, le apretaba la cabeza contra los enmohecidos barrotes de hierro.

- ¡ No Zalmai !... no  por favor... así no... ¡ No Zalmai !...- Las palabras de Rashid salen de su boca como una nube de vaho al respirar en un día de crudo invierno... - ¡ No Zalmai !... ¡ No por favor !... - Zalmai estaba tremendamente excitado. Los gritos de súplica del joven Rashid, le provocan una sensación en el vientre, como si un fuego le abrasase... Zalmai, fuera de sí, hizo saltar de un manotazo los botones de la bragueta de su pantalón con la mano temblorosa por la prisa y la excitación sacó su gruesa y erecta polla endurecida como una piedra. A la vez que gritándole : - ¡ Calla puta !... si a tí te va a gustar, putón...- . Introdujo sin miramientos, toda su caliente verga, en el ano de Rashid, que casi se desvanece de dolor... Zalmai, con la razón completamente ofuscada enviste savajemente una y otra vez, el culo de Rashid, del que sale un hilo de sangre... Zalmai, aullando como un animal, dio con brusquedad la última envestida al trasero de Rashid y su polla explotó dentro, llenándole de espeso semen el dolorido ano de Rashid. Lloraba en silencio... en la celda de enfrente, un recluso de cara ceñuda se masturba mirando cómo Zalmai folla a Rashid frenéticamente. Eyacula también de pronto, llenando de semen la cara de su compañero, que estaba de rodillas, lamiendo sus testículos.

Acurrucado en su camastro esperando que remita el dolor, los conmovedores ojos negros de Rashid, tienen la mirada perdida, se ve paseando por su barrio de las afueras de Kabul, en donde crecen madreselvas en las orillas de los caminos... En el exterior de la prisión, una luna altanera brilla en el firmamento como el velo de una novia rota...

Jaume Serra i Viaplana.

Fotografía: Andrés Mauri.
www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana.

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El jazz en Nueva Orleans es como una religión, es un estado de la persona. Un calor húmedo invade la calle Bourbon, en la que más t...

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