viernes, 3 de mayo de 2013

Violado en prisión

 
Hace rato que la oscuridad ha devorado la poca luz crepuscular que quedaba. Cerniéndose inexorablemente la noche sobre Kabul, como una inmensa águila de negras alas, cubriéndolo todo. Sólo un débil rayo de luna, rasga la oscuridad como una espada vengadora entrando por la pequeña ventana enrejada de la celda, haciendo brillar las gotas de agua salada, que brotan quedamente de los negros ojos morunos de Rashid. Tumbado en su mugriento camastro, intenta esconder en la oscuridad, la cara de rabia y dolor que siente.
Zalmai, el compañero de celda de Rashid. Es un hombre tosco, corpulento, de unos cuarenta años y larga barba negra... hace poco más de una hora, que se había acercado a Rashid, ante la cálida sonrisa de éste. En su taciturnitez, lo interpretó como una insinuación, y se puso ante Rashid, frente a frente, nariz con nariz... Rashid notó la caliente respiración de Zalmai en sus labios rojos como capullos de rosa. En los que se borró de golpe la sonrisa... Rashid, vio su propia cara de terror, reflejada en los ojos color avellana de Zalmai, al intuir las intenciones de éste. El qual, sin mediar palabra, le profirió un empujón con sus gruesas manos, lanzándolo  contra la reja de la puerta de la celda. Al tiempo que con su grasienta mano callosa, le rompía con violencia sus raídos pantalones, mientras que con la otra mano, le apretaba la cabeza contra los enmohecidos barrotes de hierro.

- ¡ No Zalmai !... no  por favor... así no... ¡ No Zalmai !...- Las palabras de Rashid salen de su boca como una nube de vaho al respirar en un día de crudo invierno... - ¡ No Zalmai !... ¡ No por favor !... - Zalmai estaba tremendamente excitado. Los gritos de súplica del joven Rashid, le provocan una sensación en el vientre, como si un fuego le abrasase... Zalmai, fuera de sí, hizo saltar de un manotazo los botones de la bragueta de su pantalón con la mano temblorosa por la prisa y la excitación sacó su gruesa y erecta polla endurecida como una piedra. A la vez que gritándole : - ¡ Calla puta !... si a tí te va a gustar, putón...- . Introdujo sin miramientos, toda su caliente verga, en el ano de Rashid, que casi se desvanece de dolor... Zalmai, con la razón completamente ofuscada enviste savajemente una y otra vez, el culo de Rashid, del que sale un hilo de sangre... Zalmai, aullando como un animal, dio con brusquedad la última envestida al trasero de Rashid y su polla explotó dentro, llenándole de espeso semen el dolorido ano de Rashid. Lloraba en silencio... en la celda de enfrente, un recluso de cara ceñuda se masturba mirando cómo Zalmai folla a Rashid frenéticamente. Eyacula también de pronto, llenando de semen la cara de su compañero, que estaba de rodillas, lamiendo sus testículos.

Acurrucado en su camastro esperando que remita el dolor, los conmovedores ojos negros de Rashid, tienen la mirada perdida, se ve paseando por su barrio de las afueras de Kabul, en donde crecen madreselvas en las orillas de los caminos... En el exterior de la prisión, una luna altanera brilla en el firmamento como el velo de una novia rota...

Jaume Serra i Viaplana.

Fotografía: Andrés Mauri.
www.queerdarkphoto.blogspot.com
Modelo: Jaume Serra i Viaplana.

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